y en el caos encontró orden y en el orden, M, se desesperó. El mandato de abandono estaba claro. Lucas debía cumplirlo. Para liberarse, M debía contemplar a los ojos al vació, mirar al diablo a los ojos y hacer un salto de fe.
- Buen día, M.-
martes, 11 de noviembre de 2014
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